Una vez, un amigo me escribió esto en contestación a un texto que le envié:
«La poesía es así de maravillosa… Remueve el interior de la gente, su espíritu, precisamente porque es universal. Sólo hay que tener buenos oídos. …Y es entonces cuando ocurre el milagro. Y es como si le susurraras al oído del alma, que es tu alma y el alma del mundo entero.»
Me pareció el piropo más bonito que le habían hecho a mis palabras.
Nunca pretendí nada más que sacar de mí lo que me alegraba y lo que me hacía sufrir, para intentar sentirme mejor. Escribir para mí en pequeños trozos de papel reciclados de servilletas de bares.
Pero entonces cometí el error de compartir…
Y el miedo a sentir el suelo desaparecer bajo mis pies, se esfumó…. Y empecé a volar.
piedad asensio